quarta-feira, 4 de dezembro de 2013

Viaje de Campo

                El día 17 de noviembre, domingo, fui al Cerro de los Ángeles, en el km 14 de la carretera del sur, con intención de sumergirme en lo natural, en lo terrestre, de la misma manera que un escafandrista hace al alcanzar el mundo abisal. Allí encontré un enorme pinar prácticamente desierto, aparte de una que otra liebre, y pude perderme y aislarme allí durante algunas horas. Me llevé mi cámara de fotos, materiales para dibujar y malabares para distraerme. Al principio me interesaron los diferentes patrones que era capaz de generar la naturaleza. Cada uno que encontraba era fotografiado y intentaba recrearlo en un boceto. Patrones de las grietas en la tierra resultantes de un re secamiento, la cáscara del tronco de un árbol, el exoesqueleto de un insecto… Es increíble como estamos acostumbrados a ver estos patrones y como son ignorados por nuestro consciente. Son rápidamente reconocidos y asociados a algún material, aunque estén des contextualizados. Pero repetirlos no resultó tan sencillo. La dificultad de dibujarlos es tal, porque cualquier discrepancia del patrón, es rápidamente atrapada por nuestro ojo. En seguida veía cosas que no concuerdan nunca tenían el ‘frescor’ del patrón natural.

                Durante todo mi paseo me encontré con unos cuantos pinos que estaban fuera del orden establecido y habían sido cortados, en tiempos y maneras diferentes. Esto me interesaba, pero otro sentido, ya que tengo una pequeña obsesión con composiciones donde hay una circunferencia inscrita en un rectángulo (http://www.flickr.com/photos/nicolastappero/sets/72157627858151575/). Esta era una excelente oportunidad para hacer unas fotos cenitales y que además daban muchas pistas sobre los árboles.  

                Estas son las fotos y vídeo de lo que vi y viví:






















































































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